EN SUCIO
- 02/11/2013 MANUEL JABOIS
Ex asesinos
HACE DOS años el fiscal superior del País Vasco, señor Calparsoro, hizo una declaración que se interpretó como un guiño de barra: «Si ETA se disuelve, la justicia será generosa». Que sean valientes, dijo, porque el pueblo y los tribunales sabrán reconocer ese paso. Aquello que parecía un exotismo presenta hoy severo diagnóstico. Tiempo después reconocería a El País que la frase «no fue muy fina»; que lo que quería decir es que la justicia se adaptaría a esa situación, «como con cualquier ciudadano». Sobre esta expresión se asienta una de las sintomologías del terrorismo. Tiene que ver con el crimen individual, al que hay que despojar de contexto porque el cadáver lo es por ser español o víctima de maltrato, pero también colectivo: la convivencia de terror generada, el acompañamiento melancólico al asesinato de la amenaza real de que el siguiente serás tú. La justicia ha de adaptarse a «la realidad social», decía el fiscal. Que ETA se abstuviese de poner bombas creaba un clima nuevo; si un terrorista deja de matar, los presos pueden beneficiarse de ello porque comparten un objetivo común: antológico precedente que abre la puerta a curiosas cooperativas. Ese embadurnamiento atmosférico desbarata el concepto de «ciudadano común»: al violador del Exaimple no lo recibirán en su pueblo con carteles de bienvenida ni un asesino en serie saldrá entre aplausos tras matar a 24 personas. La realidad social son los vítores al asesino de un chico que aún lo consideran, tantos años después, bien matado. De acuerdo a esa realidad lo lógico es que el fiscal no la utilice como atenuante sino como agravante. Pero estos días de agitación Calparsoro se ha molestado porque ayuntamientos propongan non gratos a dos terroristas y ni siquiera ha admitido que lo sean: al haber cumplido su pena, dijo, no puede considerarlos de tal manera. Como si un preso, aun arrepentido y reinsertado, aun perdonado por los huérfanos, dejase de ser el asesino de sus víctimas. A veces la única justicia que deja un muerto es la comparecencia inexcusable de su asesino; lo último es que se lo robasen. Hasta la generosidad que promueve el fiscal, de consumarse, tiene límites que la propia naturaleza impone. Y ya hay que llegar lejos para tener que aferrarse a ella.
- 02/11/2013 PEDRO G. CUARTANGO
Camino de Damasco
MIQUEL ROCA / PABLO DE TARSO
Hay un testimonio pictórico de la conversión de Pablo de Tarso que sobrecoge al espectador: es el cuadro de Caravaggio en el que un chorro de luz cenital deslumbra al arrogante caballero que, encogido en el suelo, está a punto de ser pateado por la bestia. Fue camino de Damasco cuando, según narran los Hechos de los Apóstoles, el Señor se le apareció a Pablo: «Yo soy Jesús el que tú persigues. Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que tienes que hacer».
No sabemos cuando el Señor se le ha aparecido a Miquel Roca, padre de la Constitución y abogado de Doña Cristina, pero la revelación que le ha iluminado es al menos tan poderosa y seductora como la que experimentó Pablo de Tarso. El otrora candidato del Partido Reformista Democrático y paradigma del seny catalán se ha convertido en un independentista furibundo.
Según sus palabras, Cataluña es una nación que tiene derecho a la independencia porque el modelo constitucional «está agotado» y las instituciones no le merecen «ningún respeto». Lo dice un hombre que tiene un bufete con el que se ha hecho millonario.
El paralelismo con Pablo de Tarso no puede ser más pertinente porque si Pablo, que era un cruel perseguidor de los cristianos que saqueaba sus casas y sus templos pasó a ser el gran apologeta del cristianismo en el mundo romano, Miquel Roca ha pasado de firmar la Constitución y ser su paladín más entusiasta al independentismo radical.
No deja de ser una paradoja que el hombre cuyo retrato figura en el Congreso como gran servidor de la patria sea ahora quien despotrica del trato malvado que, según él, España ha dado a Cataluña. No hay más que verle para darse cuenta de esa terrible crueldad.
Mientras Pablo recorría el mundo cristiano y alumbraba con sus epístolas las enseñanzas de Jesús de Nazaret, Roca sigue su camino con una decena de cargos como la presidencia del patronato del Museo Nacional de Arte de Cataluña, desde donde explica las quintaesencias de la nación catalana.
Si Pablo, nacido en Cilicia en una familia judía, tuvo un gran éxito con sus escritos fue porque dominaba la cultura griega y la incorporó al cristianismo. Ahora el mensaje de Roca adquiere especial relevancia en Cataluña por su condición de padre de la patria española. Eso sí que da valor a sus epístolas en favor de la nación vencida en 1714.
A lo mejor también le aguarda el martirio de ser presidente de la primera República Catalana, algo que no pudo conseguir en 1986 cuando quiso presidir el Gobierno español. Por fin le ha llegado su segunda oportunidad.
- BREVETE
- 02/11/2013 SECONDAT
Mundo nuevo
Las Constituciones de los estados democráticos, incluida la nuestra, protegen la intimidad de las personas estableciendo, además, que la ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal (art. 18 CE). Sin embargo, acaba de divulgarse la noticia de que la NSA espió 60 millones de llamadas telefónicas en España en sólo un mes. Los juristas de buena fé proclaman que tales escuchas son delictivas, pero ¿quién castigará a los que las realizan y cómo los castigará? ¿Quién parará hoy a los agentes de los Estados Unidos de América? Seguimos estableciendo la distancia geográfica en kilómetros entre dos puntos de la Tierra. Se dice, por ejemplo, que son 432 los kilómetros por carretera entre Granada y Madrid.
La realidad es que modernos aparatos se saltan las distancias geográficas y con ellos se puede llegar instantáneamente a cualquier lugar. Y los todopoderosos no atienden las razones de los más débiles.
Los historiadores aseguran que los ciudadanos de la Edad Media no percibieron la llegada de otro modo de ser, o sea la Edad Moderna. Y los ciudadanos de la Edad Moderna no se dieron cuenta del comienzo de la denominada Edad Contemporánea.
Nosotros tenemos por delante otro modo de ser y de convivir. Seamos conscientes de ello, o no. Otro mundo nos espera.
- LAS CUATRO ESQUINAS
- 02/11/2013 FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Las respuestas ‘populares’ El PP indigna a las víctimas de ETA
Cinco
magistrales movimientos del Gobierno y el PP han conseguido algo casi
imposible: indignar a todas las asociaciones de víctimas del terrorismo.
Al principio, pareció dominar el juego: echó a Maite Pagaza y puso a la
dócil Mari Mar Blanco al frente de la asociación oficial y, además,
adquirió los servicios de Ángeles Pedraza, presidenta de la mayoritaria
AVT, cuyo discurso en la Plaza de Colón, sin una sola mención crítica a
Rajoy, logró que el resto de asociaciones se pusieran de uñas. Pero, al
menos, las había dividido. Además, hizo que el Rey, como Rajoy,
recibiera sólo a Pedraza y Mari Mar, con lo que la foto de las víctimas
amaestradas o dispersas se oficializó. Pero va Cospedal y desprecia a
los que en Colón insultaron a los vicesecretarios y a los lídercitos del
PP vasco, lo que obliga a Pedraza a instarle a pedir público perdón. Y
ayer, Día de Difuntos, va Oyarzábal y dice que GregorioOrdóñez estaría
«en este PP», que es lo contrario del que él creó con San Gil, Mayor o
Iturgaiz, lo que obligó a la viuda y la hermana del político asesinado
por ETA a mandarlo directamente al guano.
El PSOE pide exhumar a Franco Un Halloween franquista
Cuando era alcalde de San Sebastián, Odón Elorza llegó a irse de la ciudad para no coincidir con una movilización cívica en defensa de España y la libertad. Delicada que es la criatura. Ahora, cuando gracias a la infame sentencia del Constitucional, la ETA y sus adláteres mandan en su ciudad y en la Diputación de Guipúzcoa, Odón, ya no está tan molesto. Pero para paliar su ignorancia o celebrar Halloween se le ha ocurrido visitar por primera vez el Valle de los Caídos y ha descubierto que están enterrados, en lugar de honor, Franco y José Antonio. Quizás pensaba rezar ante las tumbas de Pablo Iglesias y Santiago Carrillo. Tremendo chasco. Así que ha presentado una moción para sacar de allí los restos de Franco y dejar al fundador de la Falange en un rincón, porque hay que «resignificar» el Valle como «lugar de reconciliación». Que la reconciliación empiece por echar de la fosa a los símbolos históricos de media España, la del bando nacional, retrata a este sujeto. Que los socialistas saquen a pasear a Franco cuando no saben si votar como españoles o como qué (Odón, como qué) retrata a su partido.
El secesionismo catalán PSOE y PSC no se deciden a decidir
La iniciativa de UPyD en el Congreso contra «la falacia del derecho a decidir» de los separatistas ha obligado a los representantes de la soberanía nacional (hasta los proetarras lo son) a retratarse ante la piedra angular del régimen constitucional, que es, precisamente, el derecho de todos los españoles a decidir todo lo que afecta a España. El PP secundó a UPyD pero la bancada socialista, tras largo forcejeo, se rompió. El PSOE votó a favor y el PSC se abstuvo, o sea, que se negó a reconocer la soberanía popular española. Navarro todavía ha ido más lejos y dice que el PSC «nunca votará contra el derecho a decidir». Será contra el derecho a decidir del separatismo catalán, porque el derecho a decidir de todos los españoles no le gusta nada. La gresca ha sido tal que Alfonso Guerra ha pedido romper de una vez con «ese partido nacionalista» y crear una «alternativa socialista en Cataluña». Pero, cuando presidía la Comisión Constitucional del Congreso, Guerra defendió frente al PP el Estatuto de Cataluña, que supone la abolición de la soberanía nacional española. Ese partido también lo partió él.
UPyD rompe con la izquierda El PSOE puede perder Asturias
Ni Rosa Díez hubiera podido imaginar una forma más digna de romper su criticadísimo acuerdo con la izquierda –PSOE e IU– en Asturias. El Gobierno regional se formó sobre la promesa de cambiar la Ley Electoral, que, en opinión de los magenta y los rojos –o sea, los comunistas–, pervierte gravemente el sistema representativo. Sin embargo, a dos años escasos de las decisivas elecciones municipales y autonómicas, el PSOE se ha negado a cumplir su promesa de regeneración democrática, creyendo que UPyD no se atrevería a cumplir la amenaza de no votar los presupuestos, dejando al PSOE en minoría insostenible. Grave error de cálculo. No sólo UPyD ha dado por liquidado el acuerdo sino que la propia Izquierda Unida, que se considera perjudicada por el sistema de atribución de escaños, ha proclamado también que está muy indignada por la traición del PSOE y que adiós muy buenas. El Gobiernín de los ministrines –como llaman los asturianos al Ejecutivo regional y sus consejeros– difícilmente se comerá el turrón. Y si se lo come, seguramente le sentará mal. Al socialista Fernández se le ha puesto cara de pavo de Navidad
- EL CORREO CATALÁN
- 02/11/2013
Culturismo digital
Querido J:
Este periódico donde te echo las cartas está inmerso en lo que ha dado en llamar un cambio de piel. Una reorganización técnica de sus contenidos, con modificaciones en la manera de agruparlos y de difundirlos; en su valor y en su precio. Habrá que ver lo que significa cuando el proceso haya terminado. Pero a mí este lema me parece inspirado y preciso. Obviamente ha recibido las críticas que eran de esperar. Con mala o peor fortuna expresiva, se basan en la presunta necesidad de que el periódico (y por extensión los periódicos) cambie algo más que la piel, siguiendo el dictado de esta cultura digital que predice el final de los periódicos y la caída de las instituciones que sostienen el sistema mediático. He escrito cultura por dejo, cuando lo que tenía que haber escrito, pero ahora voy, es culturismo, adolescente y muy hormonado, a veces de un matonismo algo patético. Bien. Este culturismo alienta una revolución y esto es lo primero que debe ser considerado, porque una revolución es el principal de los anacronismos políticos. El valor fundamental de la democracia es que anula el concepto de revolución del mismo modo fríamente técnico como el motor de explosión anuló al caballo.
Para tener un catálogo ampliado de los anacronismos intelectuales que manejan estos supuestos modernos, te recomiendo que leas el diálogo que mantuvieron esta semana en el TimesBill Keller y Glenn Greenwald. El primero, de 64 años, fue el anterior director del periódico, y hoy un excelente columnista, que escribe y sabe. El segundo, de 46, es un abogado que ha colaborado en publicaciones diversas, y que este año publicó en el Guardian las revelaciones de Snowden.
El debate se centra en algunos viejos problemas del periodismo, y el principal, que es el de la objetividad. Lo que dice Keller tiene un interés relativo: con orden y ponderación va detallando las reglas a que se atiene el periodismo para describir el mundo. No son diferentes de las que utiliza el método científico. Para mi gusto, y tal vez porque es el anfitrión del debate, Keller se muestra demasiado concesivo con su rival. Incluso en términos conceptuales, aceptando que se hable de la imparcialidad del periodista y no de su objetividad, rasgo que identifica con lo divino. En realidad sucede todo lo contrario: es la imparcialidad lo que resulta ser una aspiración exoplanetaria. La naturaleza ha programado al hombre para tomar partido, y de un modo inmediato, basándose, además, en razones emocionales. El proceso de la objetividad no es más, primero, que el reconocimiento de que esto es así, y no es de más carnes, como decía tan vistosamente mi abuela María Pérez. Y luego el esfuerzo por que siendo esto así y sabiéndolo, el periodista sea capaz de corregir este sesgo. Si los hechos del mundo no pudieran describirse a pesar de las convicciones personales no sólo no habría periodismo, sino que no habría hechos ni mundo.
El interés real de la discusión, ya lo sospecharás, está en la indigencia intelectual de Greenwald. Te resumo alguna de sus perlas. La primera, sobre la objetividad, precisamente: «Todos percibimos y procesamos intrínsecamente el mundo mediante prismas subjetivos. ¿Qué valor tiene fingir lo contrario?». Qué breve incapacidad de comprender el oficio: reducir a fingimiento el noble esfuerzo de vigilar las convicciones, y evitar que su exhibición añada espuria autoridad a una determinada interpretación de los hechos. A nadie importaría que el entrevistador del padre adoptivo de Asunta opinara que es inocente; pero a todos influiría. Entre otras cosas porque el pueblo tiene del periodista una opinión que nunca claudica: cree que sabe más de lo que habla. Y cree que sus opiniones no son más que una forma de información que no puede manifestarse de otro modo.
A veces los argumentos de Greenwald están basados en problemas reales del periodismo, como el de que la verdad y la mentira tengan el mismo estatus en muchas informaciones: «Informar», satiriza Greenwald, «se reduce a X dice Y, en vez de X dice Y, y eso es falso.» Por desgracia, el periodismo trabaja casi siempre en un plano donde sólo existen las llamadas versiones de los hechos. Volvamos a Asunta. En este momento dice el padre adoptivo que él no la mató. El periodismo podría ignorar esa declaración; pero jamás puede apostillarla.
Paradójicamente, es en asuntos morales donde Greenwald se comporta en arreglo al estereotipo más tradicional del viejo periodismo de colmillo retorcido. Hablando de la publicación de los papeles, de la lealtad a los gobiernos y de la necesidad de proteger vidas, escribe: «No sentiría ninguna lealtad especial al Gobierno de EEUU frente a otros gobiernos a la hora de decidir qué publicar». Es el mismo aleteo que los lleva a la proclamación de la revolución: su convicción de que en realidad no viven en una democracia. Otra opinión que intentan pervertir en hecho.
Aliado con el fundador de eBay (uno más de esos millonarios que quieren invertir en las noticias), Greenwald pretende desarrollar un nuevo negocio del que apenas nada se sabe. Miento, miento. Se sabe mucho, y sólo hay que leer este largo diálogo en toda su extensión y ver que las bases intelectuales, metodológicas del negocio apenas superan la elementalidad de los muckrakers y del periodismo militante puramente preindustrial: la mona vestida de cristal líquido. Se sabe, se sabe. No si será negocio. Pero sí que no será nuevo. Como dice nuestra querida Verónica Puertollano hay dos tipos de «innovadores»: los que miran a su alrededor y echan en falta algo y por tanto lo hacen (Steve Jobs, Elon Musk, el de Paypal y el Hyperloop). Y luego están los que se ponen a hacer sin mirar, y cuando levantan la cabeza, resulta que ya estaba hecho. Al comprobarlo, la humildad inteligente se suma y ayuda. Pero la adolescencia arrogante se pone a cocear a los padres con las cascadas pezuñas de los abuelos.
Sigue con salud
A.
- LA POLÉMICA NACIONAL
- 02/11/2013 VÍCTOR DE LA SERNA
Los políticos abandonan de nuevo a las víctimas
>PROTESTAS POR LA EXCARCELACIÓN DE ETARRAS
Las asociaciones de víctimas del terrorismo que critican que el Gobierno del PP esté cumpliendo el «proceso» iniciado por Zapatero fueron acalladas en la concentración de Madrid, criticadas por su «ignorancia» y apartadas de la audiencia con el Rey. Y no faltan quienes, en la prensa, aprueben su renovada humillación.
Entre los que no se resignan estaba David Gistau, en ABC: «Me parece impresionante que, después de sólo un empellón en la calle, el PP repita las técnicas de difamación con las que Zapatero se propuso aplastar a un colectivo cargado de razón moral. Se trataba de hacer pasar a las víctimas por un catalizador de la extrema derecha, con esas ‘banderas preconstitucionales’ que fueron lo único que vio Cospedal, igual que el personaje de Fort Apache cuando los jinetes se difuminaban en la polvareda: ‘Sólo veo las banderas’. En el caso del PP de Génova, la maledicencia es aún más cínica. Porque esa horda preconstitucional cuyo retrato comienza a esbozar es precisamente la que ese partido utilizó para desgastar a Zapatero durante las manifestaciones masivas».
Pero satisfecha se mostraba en EL MUNDO Carmen Rigalt, a quien preocupa mucho más ver a violadores que a terroristas excarcelados: «Los miembros de ETA, nos guste o no, acabarán ocupando un escaño en el Parlamento del futuro». No opinaba así, en cambio, Victoria Prego: «Acaba el Tribunal de Estrasburgo de asestar un golpe brutal a la democracia española en su batalla contra el terrorismo».
Patxo Unzueta, en El País, daba su versión de por qué no hay etarras arrepentidos y las víctimas muestran tanta «radicalidad» ante su excarcelación: «Una reforma del Código Penal en 2003 estableció, entre los signos para acreditar la ruptura con ETA, la ‘colaboración con las autoridades’ para impedir nuevos delitos o para la identificación y captura de autores de delitos anteriores. Pero no es lo mismo colaborar para impedir un atentado que para castigar al autor de uno cometido hace años. Exigir esto último como condición para acceder a la reinserción es apostar por que nadie se apunte a ella».
Por cierto que un brillante artículo del jurista Isaac Salama, en EL MUNDO, ya había recordado que el Tribunal de Estrasburgo ha vulnerado su propia jurisprudencia al ordenar la excarcelación de Inés del Río: España no hizo sino cambiar con retroactividad sus normas sobre reducción de penas a los asesinos múltiples, sin tocar las propias sentencias ni penas, exactamente igual que ya lo habían hecho Gran Bretaña y Chipre con la anuencia del TEDH, porque esas reducciones de pena son competencia de cada Estado.
Pasan los días y la última conclusión sigue siendo la de Ely del Valle en La Razón: «Hoy, la sentencia del Tribunal de Estrasburgo continúa estando ahí; hoy hay asesinos que saben que las puertas están a punto de abrirse; hoy el sentimiento de que los malos han vuelto a apuntarse una victoria sigue siendo una realidad».
- PICALAGARTOS
- 02/11/2013
Arfonso
El balcón del Hotel Palace, que ha ido al cajón de la Historia sacra de un socialismo que tiene alopecia de siglas y un vacío mortal en la cabeza, no era un balcón propiamente dicho, sino una ventana amplia con molduras donde se podía ver pasar el tráfago de las banderas y las ilusiones de un país que se quedó temblando y en cal viva a base de legislaturas y de descontento. Allí F. González y A. Guerra se tomaban del puño en un gesto con el que se iniciaba la reconquista patrimonial del Estado.
Si Felipe era el encanto de una chaqueta de pana, un pasado de vaquería y el atractivo del fumador de puros, Alfonso Guerra era el leído de la dupla, el político que medio había leído a Machado y que, ante la naftalina que había en Cortes entonces, quedaba casi que como un discípulo de Sartre en más feo. De la foto histórica del balcón del hotel madrileño ya no queda nada; el PSOE vive en una perpetua negación de sí mismo; una histeria histórica que proviene de ser un poder –que lo fue– sin ideas; es decir: un totalitarismo de la rosa y el puño que –cuentan– vuelve a tener un cierto criterio nacional por el Sur. Porque Susana Díaz, aun a pesar del peso muerto de Griñán y la beatificación a dedo por la que surgió, se ha dado cuenta de que el sentido común de toda España lo que pide es precisamente eso: España.
Sale ahora Alfonso Guerra en este baile de momias que es la actualidad con que si el PSC y tal… Si Miquel Roca va emborronando la Constitución que medio ideó con los caderazos rotundos de Fraga y por la que en unos años no nos hemos matado, Guerra, histórico del cambio y el hermanísimo, se ha dado cuenta que ser socialista hoy en Cataluña es una pegatina alvent de las movidas periféricas. Cierto que, como dice Alfonso Guerra, el PSC es otro partido; más sibilino y elegante que el PSOE plano de Ferraz.
Lo que pasa, es que a Guerra, como a Valle-Inclán, le van fallando la época y los correligionarios.
Venirnos con lo sensato cuando se vende un libro de memorias resulta chistoso, aunque vayamos ya agradeciendo el numerito de que en el PSOE, al menos, se acuerden de la realidad nacional de la bodeguilla.
@jesusNjurado
- APUNTE LEGO
- 02/11/2013 JULIO MIRAVALLS
Si yo fuera un espía…
El super espía Edward Snowden ha encontrado trabajo en Rusia, en una importante web. Las historias de espías tecnológicos son tan fascinantes como las de Le Carré. Cualquiera puede imaginarse como protagonista. Es difícil no recordar aquel «¿Te funciona la Motorola?» del socialista Álvarez Blanco al número tres del PSOE, Txiqui Benegas, que se puso a despotricar de «Dios, el One…», o sea Felipe González, mientras un oído malévolo lo grababa todo, para filtrarlo.
Pero los juegos de espías han cambiado desde aquella primavera de 1991. Ahora parece más fácil y menos tedioso que cuando montaron la cineteca del Cesid (EL MUNDO, junio de 1995), en la que grababan a todo pichichi conocido, hasta el Rey, y alguien tenía que escuchar las charletas para escribir un registro. El cambio de la tecnología analógica (telefonía fija y la primera móvil) a la digital (voz, SMS, correo, redes sociales…) es una delicia para los fisgones.
Antes, las conversaciones eran intervenidas en vivo. O un escáner identificaba la señal y la captaba, o bien se pinchaba físicamente un cable con unos cocodrilos o algo parecido. La señal, emitida en forma de ondas, debía ser decodificada y grabada como el sonido que la originó.
Ahora toda comunicación digital, incluidas conversaciones, se transmite en pulsos binarios (ceros y unos) y se puede guardar en un fichero tal cual, sin necesidad de decodificarla en el momento. Siempre pasa por algún nodo informático, en el que se puede pedir que deje copia. Y será perfecta para trajinarla después, aunque esté encriptada (ya la desencriptarán…).
Los e-mails dejan copia en servidores de origen y destino. De las redes sociales ni hablemos. Y los móviles, aparte de poder copiar la charla, dejan registro de quién llama a quién, cuándo y desde dónde. Sólo hay que cargar la información en una base de datos y cruzarla mediante software de big data. Está chupado ver relaciones y tendencias, descubrir que un número llama mucho a Oriente Próximo, o con quiénes se relaciona un fulanito sospechoso. Y todas las cosillas de los demás. ¿Recuerdan cuando todos hablaban indignados de la red mundial de escuchas Echelon (año 2000), o del SITEL del Gobierno español? Vamos, quien aún se crea que habla por teléfono en privado es que vive en un sainete. Pongámosle música del Violinista en el Tejado: «Si yo fuera espía, dubi-dubi-dubi-da, nunca dejaría de grabar, daba-dubi-daba-dubi-da…».
- PASADO MAÑANA
- 02/11/2013 ERNESTO SÁENZ DE BURUAGA
Tristeza
Supongo que cuando el PSOE se reúna la próxima semana en el cónclave, para buscar una salida a su laberinto, tendrán muy clara esta reflexión: «Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos». Mirar hacia atrás tiene que darles vértigo. Son tan responsables de la crisis en la que estamos como necesarios para el futuro de España. Pero, mas allá de las ideas, de las disputas, de las enmiendas a la totalidad, hay algo que me produce una profunda tristeza porque hay cosas que no van en el carnet de la política sino en los sentimientos: el abandono a las víctimas.
Sus víctimas con nombre de familia socialista, las nuestras, la de una España democrática que han intentado volar por los aires los pistoleros de ETA. Las mociones de Tafalla, Villaba o Portugalete para repudiar a etarras han reflejado algo impensable, la equidistancia que han puesto entre las víctimas y los verdugos. La cobardía de mirar hacia otro lado como si nada hubiera pasado. Como si el que los terroristas salgan de la cárcel les concediera más beneficios que los de la ley.
No son como nosotros, no son como Buesa, Pagaza, Múgica y tantos socialistas a los que asesinaron. No hay olvido ni perdón, y tiene que haber vencedores y vencidos. Y cuando hablamos desde el recuerdo, desde la cara más humana que puede tener un político, Patxi López, secretario general del PSE, nos sorprende con una crítica: «A quién se quiso saltar la legalidad para buscar un atajo porque el Estado de derecho no tiene atajos». ¿Hablaba de los GAL, invento de un gobierno socialista? ¿Reconocía que el Estado de Derecho no puede matar pistoleros de ETA y enterrarles en cal viva? No.
Se refería a un gobierno democrático que introduce la doctrina Parot de acuerdo con el Supremo y el Constitucional para que un asesinato no tenga la misma condena que 20. Reparen esta ofensa a los que ayer llevaban flores a los cementerios y, luego, opónganse a todo lo que haga el PP. Saquen a pasear la memoria histórica y el cadáver de Franco. Pongan firmes a los curas y sobre todo arreglen su carajal, que les lleva al desastre. Rubalcaba, qué solos se quedan los muertos.